miércoles, 1 de febrero de 2012

Un hippie 2.0

Hoy en día encontramos celebraciones muy peculiares dentro del calendario. Para los que buscan la conciliación familiar y profesional, "El Día Mundial de la Oficina en Casa" (instaurado el 22 de junio), parece la vía más efectiva. La teoría dice que esta forma de trabajo aumenta la productividad, se ahorran costes para los trabajadores, las empresas y el aspecto más cívico y colectivo: mejora el cuidado del medio ambiente. Pero no todos los negocios pueden prescindir de la presencia física de sus trabajadores, y  factores como la evolución tecnológica, coincidiendo casi con la implantación de Internet, ha ido condicionando los lugares de trabajo, de forma casi paralela, a su desarrollo y consolidación.

Si nos fijamos exclusivamente en el diseño, hemos pasado de estrechos e individuales cubículos, con una fuerte presencia de mobiliario y lugares de almacenamiento, a espacios diáfanos, limpios e impersonales dentro de una misma empresa. En otro plano situamos las  conocidas zonas coworking y aunque estos espacios, estén mejor posicionados entre  profesionales independientes y a veces nómadas en sector del diseño o la publicidad, la dura realidad ha obligado a muchas empresas a compartir dependencias y servicios, en un claro intento por sortear los vaivenes de la crisis económica. Añadir que todavía los hay más "liberados", ya que tan solo necesitan un portátil, un pincho de conexión USB 3G y lo más importante, tiempo, autodisciplina e ilusión.


Pero si el hecho de poder trabajar en casa supone un lujo que no está al alcance de todos, ahondando en este tema he encontrado lo que podríamos denominar como el nuevo hippie 2.0 ¿Recuerdan quienes eran los verdaderos hippies de los 60? La evolución de este concepto a lo largo de estos últimos años, nos presenta un nuevo modelo, que aunque muchos lo encasillen dentro del conocido vocablo de teletrabajo, la realidad sitúa a estas personas un paso adelante, pudiendo prescindir en su día a día, incluso del correo electrónico.

                                                                    Foto (CC) Victoriano Izquierdo Ramírez @ Flickr

El caso que más me ha llamado la atención es el de Luis Suárez, un trabajador de IBM con amplia experiencia internacional. En una entrevista que publica la Web de RTVE resalta, que aunque en esta empresa el teletrabajo es una práctica implantada hace más 10 años, las nuevas posibilidades de las redes sociales y servicios alternativos, marcan interesantes tendencias que se encaminan a valorar aspectos como la productividad frente a la presencia, transparencia y apertura completa de la información frente a la confidencialidad, etc. todo por cierto muy acorde a Web 2.0

En el caso de Luis, elegir el sur de Gran Canaria, concretamente Maspalomas para desarrollar su labor profesional, no le ha supuesto ningún handicap en su promoción. Reconoce que es indispensable un conocimiento exhaustivo de la corporación para la que trabajas, y por supuesto, el entendimiento entre ambas partes.

Para comunicarse, Suárez elige twitter, su blog y otras herramientas. De esta forma se eliminan las interrupciones porque "cada una de estas requieren de unos diez minutos para volver a concentrarse en el trabajo" sentencia.

Todo un nuevo modelo de trabajo acorde a los nuevos tiempos 2.0, que permiten un estilo de vida adaptado a las nuevas tecnologías, pero que en el fondo, conserva los mismos principios que el movimiento juvenil de nuestros padres: anarquía no violenta para escapar de los cánones sociales establecidos, preocupación por el medio ambiente o el rechazo al materialismo occidental.

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