miércoles, 10 de octubre de 2012

Educación 3.0

Muchos padres de familia estamos enfrentándonos estos días, a las primeras facturas del curso escolar, que ha comenzado hace escasamente un mes. 

A pesar de que los gastos son diversos y variados es quizás el precio de los libros el  más debatido en reuniones escolares, paradas de autobús o a la entrada de colegios. Por ello no es de extrañar que cada vez aparezcan más colectivos que demandan al Ministerio de Educación, una ley que facilite la permanencia de contenidos  y  permita la reutilización de los libros, dentro de la unidad familiar o en comunidades educativas. Esta podría ser una opción de cara a minimizar costes en estos tiempos tan complicados, pero volver a una situación 40 años atrás, donde era habitual la cadena de préstamos, sería tirar por la borda lo poco que se ha avanzado nuestro país, hacia una Educación digital.

En el año 2009, España se embarcó en el Plan Escuela 2.0 ,  un ambicioso proyecto  que proponía distribuir más de un millón y medio de ordenadores portátiles entre alumnos, más de 80.000 equipos para los profesores, la creación de otras tantas aulas digitales (con acceso a Internet,  pizarras electrónicas..) y la puesta a disposición de los docentes, de un amplio catálogo de programas informáticos para usar estos avances. En la actualidad hemos recorrido solo un tercio del camino.
Imagen vía Geekwa

Hace unos días asistía a la primera reunión escolar para padres. Tengo que reconocer que salí gratamente sorprendida, al comprobar que mi hijo tendría por primera vez un tutor que cree en las nuevas tecnologías y es consciente de la importancia de las mismas. Pero este señor tendrá que luchar duro en un entorno donde aún, el desarrollo tecnológico, está asociado a una  habitación de uso comunitario, llena de ordenadores y poco más. Las aulas digitales plenamente equipadas, son aún un sueño en la mayoría de los centros educativos de las comunidades autónomas y las plataformas educativas, son instrumentos meramente informativos, sin comunicación bidireccional y con poco uso, tanto para el área docente como para las familias. La falta de formación entre el profesorado, provoca que haya una enorme heterogeneidad en el aprovechamiento de la tecnología, pues depende sobre todo de la motivación de los profesores y de sus conocimientos previos adquiridos a título personal.

Según Manuel Área, Presidente de la Asociación Científica Red Universitaria de Tecnología Educativa (RUTE), cuatro son los pilares de la escuela del siglo XXI hacia una educación 3.0: 
  • Un cambio en el currículum escolar, para que tenga un enfoque interdisciplinar.
  • Una redefinición de la enseñanza y el aprendizaje cuyo centro sea el alumno.
  • Una organización del tiempo y el espacio en el que se mezclen experiencias formales y no formales.
  • Replantearse la situación de la educación en la sociedad.
                               

En el mundo real, el próximo mes de enero se celebrará una nueva edición de BETT, una Feria Internacional  en la que se concentran, las principales empresas de productos y servicios de tecnología aplicada a la educación. Convertida casi en un lugar de peregrinación, el evento convoca anualmente a miles de empresas y profesionales que comparten experiencias y ofertas o establecen contactos para sus proyectos, aprovechando la presencia de las más innovadoras tecnologías y sus creadores.

Y ¿dónde nos encontramos los padres?. A mi entender estamos en medio de una vorágine entre el mundo real y virtual, en el que nos ha tocado el papel de guardianes y moderadores del acceso a contenidos extraescolares, sin tener claro hasta dónde hemos de restringir o fomentar el uso de las TICS en nuestros hijos. Prueba de ello es la proliferación en los últimos años, de webs educativas que aconsejan a padres “analógicos” sobre contenidos adaptados a “nativos digitales” y al correcto uso de redes sociales y nuevas plataformas de ocio infantil o juvenil.

Por ello, la formación se debe ser extensible a los progenitores, porque el peso de las nuevas tecnologías, sigue sin distribuirse equitativamente entre escuela y hogar. El mundo digital exige interactuar y  es indudable que el sector de la educación digital comienza a despegar. Los que apuestan y creen firmemente en una formación integrada en las nuevas tecnologías no dudan en contenidos 100% digitales. Otros defienden un modelo híbrido, donde los libros en formato papel no desaparezcan y convivan con los ordenadores. Pero en esta casi eterna lucha de conveniencias económicas, el papel de los padres en la escuela, será determinante para aunar esfuerzos con los docentes por conseguir el modelo que mejor pueda adaptarse al futuro, de cada una de las escuelas. Porque, para los que aún no lo tengan claro, el objetivo final de la escuela 3.0 es que aprendamos "todos".